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Ojos de perro azul

Ojos de perro azul Libro: Todos los cuentos de Gabriel García Márquez - Editorial Oveja Negra 1983

Este es un cuento para dioses. Omniscientes, omnipresentes y etéreos. Pueden existir o simplemente dormitar en alguna caverna de nuestras quimeras o nuestras ganas.

Sólo dos personajes y cientos de representaciones. Ella escribiendo en las baldosas “ojos de perro azul”, y él con mala memoria de sueño intentando recordarla al despertar. Ella garabateando en las servilletas “ojos de perro azul” y él buscándola infructuosamente en otros sueños u otras pesadillas. Ella, a plena luz del día, anhelando al nocturno personaje…él prometiendo encontrarla a través de mil y una dimensiones, a través de miles de ojos, con solamente un recuerdo que olvida al despertar.

Ella teme que alguien entra en el sueño y desordene la habitación. Este es un miedo razonable, pues todos los que leemos esta historia del Gabo Márquez hurgamos en la peinadora, en la desarreglada cama, en el pasillo repleto de quimeras ajenas, en la piel de cobre, amarillo maleable o endurecida negritud de ella, en la mirada curiosa de él. Hasta escuchamos el sonido metálico de la cucharita que cae y los despierta…y los separa.

Pero muchos no podemos separarnos de esta historia, es posible que mirando con ojos de perro azul encontremos una mirada par.

Extracto de "Ojos de perro azul":

«Yo soy la que llega a tus sueños todas las noches y te dice esto: ojos de perro azul». Y dijo que iba a los restaurantes y les decía a los mozos, antes de ordenar el pedido: «Ojos de perro azul». Pero los mozos le hacían una respetuosa reverencia, sin que hubieran recordado nunca haber dicho eso en sus sueños. Después escribía en las servilletas y rayaba con el cuchillo el barniz de las mesas: «Ojos de perro azul». Y en los cristales empañados de los hoteles, de las estaciones, de todos los edificios públicos, escribía con el índice: «Ojos de perro azul». Dijo que una vez llegó a una droguería y advirtió el mismo olor que había sentido en su habitación una noche, después de haber soñado conmigo. «Debe estar cerca», pensó, viendo el embaldosado limpio y nuevo de la droguería. Entonces se acercó al dependiente y le dijo «Siempre sueño con un hombre que me dice: “Ojos de perro azul”». Y dijo que el vendedor la había mirado a los ojos y le dijo: «En realidad, señorita, usted tiene los ojos así».

(....)

Dio dos chupadas al cigarrillo. Yo estaba todavía parado frente al velador cuando me quedé mirándola de pronto. La miré de arriba abajo y todavía era de cobre; pero no ya de metal duro y frío, sino de cobre amarillo, blando, maleable. «Me gustaría tocarte», volvía a decir. Y ella dijo: «Lo echarías todo a perder» volvió a decir, antes que yo pudiera tocarla «Tal vez, si das la vuelta por detrás del velador, despertaríamos sobresaltados quién sabe en qué parte del mundo». Pero yo insistí: «No importa». Y ella dijo: «Si diéramos vuelta a la almohada, volveríamos a encontrarnos. Pero tú, cuando despiertes, lo habrás olvidado». Empecé a moverme hacia el rincón. Ella quedó atrás, calentándose las manos sobre la llama. Y todavía no estaba yo junto al asiento cuando le oí decir a mis espaldas: «Cuando despierto a medianoche, me quedo dando vueltas en la cama, con los hilos de la almohada ardiéndome en la rodilla y repitiendo hasta el amanecer: “Ojos de perro azul”».

(...)

«Mañana te reconoceré por eso. Te reconoceré cuando vea en la calle una mujer que escriba en las paredes: “Ojos de perro azul”». Y ella, con una sonrisa triste, que era ya una sonrisa de entrega a lo imposible, a lo inalcanzable, dijo: «Sin embargo no recordarás nada durante el día». Y volvió a poner las manos sobre el velador, con el semblante oscurecido por una niebla amarga: «Eres el único hombre que, al despertar, no recuerda nada de lo que ha soñado».


El cuento está en línea.

4 comentarios

yo me llamo -

me gusta mucho ese libro

multivak -

Simply Gabo.

Caribe -

Si mal no recuerdo tuve q entrarle dos veces a este cuento, soy medio bruto para entender algunas lecturas, especialmente las mente superior... Otras q me gustaron de el fueron La candida Erendida (o Erendira) y Tu rastro de sangre en la nieve, bueno, en general muchos de sus cuentos cortos son una nota... Pero la de la Candida cuando sale la sustancia verdosa agh agh bien descriptivo, excelente como se desenvuelve la historia, ojala escriba mucho mas antes de morirse.

chirimeno -

Saludos, y felicitaciones por este proyecto. Recuerdo que Inita me comento una vez que queria hacer algo como un banco del libro donde los ineresados pudieramos intervenir cambiando libros con otras personas o donando algunos para hacer una biblioteca. La verdad es que estoy muy interesado en esa idea y cuentan con mi apoyo si se llega a dar.
Por cierto que si saben donde puedo conseguir libros de la trilogía del exilio de los gnomos de Terry Pratchett me avisan. Inita, tienes que leer los pajaros de Baden Baden, pongamonos en contacto para hacertelo llegar.