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Doce cuentos peregrinos

El Gabo siempre me ha cautivado. Más aún, cuando es capaz de capturarme con las dos primeras líneas de sus relatos. El ejemplar que me leí es de vieja data, específicamente, del año 92. Es la primera edición bajo el sello Oveja Negra. Nunca lo había leído y fue una de mis adquisiciones durante mis vacaciones “peregrinas” en la fronteriza ciudad de San Cristóbal.

Como siempre, Márquez ejecuta magistralmente su redacción realista - mágica. La titulación de los cuentos cortos, permite esbozar algunas pistas de lo que encontrará el lector en cada entrega: “Buen viaje, señor presidente”, “La Santa”, “El avión de la bella durmiente”, “Me alquilo para soñar”, “Sólo vine a hablar por teléfono”, “Espantos de agosto”, “María Dos Prazeres”, “Diecisiete ingleses envenenados”, “Tramontana”, “La luz es como el agua” y “El rastro de tu sangre en la nieve”.

No he tenido la oportunidad de ver otras ediciones pero este ejemplar contiene un prólogo escrito por el propio autor, en el que explica con detalle todos los acontecimientos, eventos, circunstancias y afines, que confluyeron en la ejecución y compilación de pieza literaria: “Los doce cuentos de este libro fueron escritos en el curso de los últimos dieciocho años. Antes de su forma actual, cinco de ellos fueron notas periodísticas y guiones de cine, y uno un serial de televisión”.

La experiencia sirvió para que el Gabo comentara su visión de lo qué implica redactar un cuento: “El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono, estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje (...) el cuento en cambio, no tiene principio ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua la experiencia propia y la ajena enseñan que en la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino o tirarlo a la basura. Alguien que no recuerdo lo dijo bien con una frase de consolación: “Un buen escritor se aprecia mejor por lo que rompe que por lo que publica”.

Sin embargo, el Gabo hizo algo peor con estos relatos: los hecho al olvido por un buen tiempo. A pesar de ello, considero que el libro salió en una etapa en la que se extrañaba que los grandes literatos se dedicaran a escribir cuentos cortos, como frecuentemente lo hizo Julio Cortázar antes de su muerte.

Mi favorito: “Sólo vine a hablar por teléfono”. Un relato que demuestra cómo los acontecimientos y las decisiones pueden cambiar la vida en segundos, así como los diferentes significados que puede tener un hecho, dependiendo del cristal con que se mire. Todo ésto en una mezcla de suspenso light, aderezado con una impecable construcción - descripción de los escenarios y los personajes.

“Sólo vine a llamar por teléfono”

“ María siguió con las otras mujeres por un corredor tenebroso, y al final entró en un dormitorio colectivo donde las guardianas recogieron las cobijas y empezaron a repartir las camas. Una mujer distinta, que a María le pareció más humana y de jerarquía más alta, recorrió la fila comparando una lista con los nombres que las recién llegadas tenían escritos en un cartón cosido en el corpiño. Cuando llegó frente a María se sorprendió de que no llevara su identificación.

-- Es que yo sólo vine a hablar por teléfono – le dijo María

Le explicó a toda prisa que su automóvil se había descompuesto en la carretera. El marido, que era mago de fiestas, estaba esperándola en Barcelona para cumplir con tres compromisos hasta la media noche, y quería avisarle que no estaría a tiempo para acompañarlo. Iban a ser las siete. Él debía salir de la casa dentro de diez minutos, y ella temía que cancelara todo por su demora. La guardiana pareció escucharla con atención.

-- ¿Cómo te llamas? – le preguntó

María le dijo su nombre con suspiro de alivio, pero la mujer no lo encontró después de repasar la lista varias veces. Se lo preguntó alarmada a una guardiana y ésta, sin nada que decir, se encogió en hombros.

-- Es que yo sólo vine a hablar por teléfono – dijo María

-- De acuerdo, maja – le dijo la superior, llevándola hacia su cama con una dulzura demasiado ostensible para ser real -- , si te portas bien podrás hablar por teléfono con quien quieras. Pero ahora no, mañana.

Algo sucedió entonces en la mente de María que le hizo entender por qué las mujeres del autobús se movían como en el fondo de un acuario. En realidad, estaban apaciguadas con sedantes, y aquel palacio se sombras, con gruesos muros de cantería y escaleras heladas, era en realidad un hospital de enfermas mentales”.

3 comentarios

adica -

Caribe coincidimos entonces en los gustos. Tomaré en cuenta tu recomendaciòn de no contar la pelicula antes de que la vean,pero no me puedes negar que hubiera sido màs terrible si cuento el final.
Caribito no somos ni semi crìticas, sólo nos "atrevemos" y me doy cuenta que tú también, eres parte de esta aventura.

adica -

Caribe -

Creo q le quitastes el suspenso con la ultima frase =( Menos mal ya me los lei. Definitivamente cuando se llega al final de ese cuento se despeluca el cuerpo y si te pones a ver no es nada improbable q se de lo q relata. Cuidado con un sanatorio q se llama Potrerito iendo para Barquisimeto =)“Me alquilo para soñar”, “Espantos de agosto” (Creo q transcurre en un castillo q tenia Otero Silva en Italia, y q vale la pena citar x ser venezolano)y “El rastro de tu sangre en la nieve” son de los q mas me gustan, pero aca las criticas son uds, solo para compartir... Y no vuelvas a contar la pelicula antes de q la vean.
Saludos!